miércoles, 26 de mayo de 2010

El Papa Benedicto XVI-Joseph Ratzinger

Siempre me ha llamado la atención desde niño la historia de la Iglesia y de los Papas, recuerdo, en televisión en blanco y negro, las misas y celebraciones de Semana Santa con el Papa Pablo VI, después en 1978 el año de los tres papas, algo atípico en la Iglesia y el mundo, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, el grande. Al lado del Papa Wojtyla y ya con tv a colores, veíamos al cardenal Joseph Ratzinger, siempre fiel, discreto y austero en sus gestos y discursos llenos de sabiduría teológica.

Pero no me había preguntado quién era, pues la figura del Papa Juan Pablo II era la más importante para todos, hasta que en el año 1987, en un periódico reconocido leí un extenso artículo titulado: Papa Wojtyla y Ratzinger hacia el tercer Concilio y una foto grande al lado ilustraba el texto. Dos grandes que han marcado la historia de la Iglesia y lanzado con valentía los ideales cristianos al mundo, mediante su testimonio apostólico, a una sociedad que tanto necesita de la salvación y de los valores éticos y cristianos.

El pontificado del Papa Benedicto XVI, nos permite valorar no sólo la intelectualidad en la teología y la filosofía de Joseph Ratzinger, sino el corazón y la espiritualidad, de este hombre de Dios, los medios de comunicación nos lo habían presentado como un profesor y un prefecto de la doctrina de la fe estricto y dogmático, si no hubiera sido elegido papa, no hubiéramos reconocido en su vida pública eclesial esta caracterización objetiva: hombre de fe, doctor, sencillo y de un buen corazón sensible a los demás.

También se le ha comparado con Juan Pablo II, y no más de una vez, para no reconocer la estatura de su pontificado; son dos papas diferentes pero unidos en lo más importante, en su amor y defensa de la Iglesia y de los valores éticos y cristianos, de esta forma Benedicto XVI da testimonio que para ser Papa se debe ser original y sobre todo el ministerio petrino lo transmite Jesucristo en la Iglesia a quien quiere , así como lo hizo con Pedro, no importando su fragilidad y su historia. Benedicto XVI, vicario de Jesucristo, sucesor de san Pedro y de Juan Pablo II.

El teólogo Hans Küng, ex amigo del Papa Ratzinger le ha atacado y ha convocado a la desobediencia de los obispos hacia el Papa, qué peor traición la del amigo en el plano de las relaciones y desde la fe cristiana, qué herejía y desconocimiento de la Biblia y de la Tradición de alguien que lo sabe pero que no es humilde y su ciencia se desfigura en una oposición obtusa y de malas intenciones. Decía el gran teólogo Karl Rahner, que Hans Küng no sería papa porque dejaría de ser infalible, por esto él habla como el que tiene la verdad infalible, y a él deben obedecer los obispos, qué orgullo, no obedecer al Papa que es según decía santa Catalina de Siena, el dulce Cristo en la tierra.

Que en nuestras oraciones esté una petición por el Papa y la Iglesia en estos cinco años de pontificado, para que Jesucristo y el Reino de Dios sigan convirtiendo el mundo y la sociedad y nuestro testimonio sea ético y cristiano.